El 2018 Nos Desafía A Todos A Construir La Paz Desde La Justicia Y La Fraternidad Solidaria En La Vida De Nuestros Pueblos

Escrito Por Ronda Politica ARQUIDIOCESIS 0 El lunes enero 08, 2018

Hemos iniciado un nuevo año; un año muy particular que será de elecciones, donde la participación ciudadana tendrá un papel fundamental en la vida democrática de nuestro país; también un año de mundial de futbol dentro de un ambiente de tensiones y conflictos entre algunas naciones. Un año de reconstrucción de un México que aún no termina de levantar los escombros que los pasados sismos de septiembre dejaron, en un país que lucha y se esfuerza por seguir adelante, para que con esperanza comprometida, todos podamos construir una nación más sólida y otorgar una vida digna para las familias de hoy y para las futuras generaciones. Dejemos un México mejor del que encontramos.

 

Hoy más que nunca se necesitan mexicanos decididos a construir una sociedad más justa, más fraterna y más solidaria.

 

El papa Francisco nos enseña que no puede haber paz mientras haya injusticia, abuso y sufrimiento entre hermanos; por lo que nos ha lanzado, al inicio de este año, el reto de posar nuestra mirada sobre los migrantes y refugiados, para verlos como hombres y mujeres que buscan la paz, que buscan vivir en paz. Cuando el Papa aborda este tema lo hace pensando que nadie abandona su tierra, su hogar y su familia nada más porque si, sino que siempre hay una razón: la mayor parte de las ocasiones es para huir de una violencia imperante que amenaza sus vidas o atenta contra sus seres queridos, otras veces, lo hacen para buscar mejores oportunidades de progreso y desarrollo y alcanzar una vida mejor.

 

En el mensaje dado por la celebración de la 51º Jornada Mundial de la Paz, del pasado 1º de enero, el Papa Francisco invita a todos, especialmente a los líderes sociales, a no ver a los migrantes y refugiados como una amenaza, sino como una oportunidad para construir un futuro en paz.

 

En Chiapas aún tenemos un gran desafío por solucionar que, de no ser resuelto con justicia y equidad, representaría una vergüenza moral, una afrenta a nuestros valores cívicos y hasta un pecado social imborrable en nuestra conciencia histórica: se trata del caso de los desplazados de Chalchihuitán y Chenalhó en el que aún falta mucho por hacer, porque como dice el papa Francisco en su mensaje: «tanto emigrantes como pobladores locales, forman parte de una sola familia, y todos tienen el mismo derecho a gozar de los bienes de la tierra, cuya destinación es universal, en eso se fundamenta la solidaridad y el compartir» (SS. Francisco, Mensaje 01 enero 2018).

 

Esta es la misión que la Arquidiócesis de Tuxtla quiere compartir y llevar adelante en comunión con la hermana diócesis de Chiapas como son las diócesis de Tapachula y San Cristóbal de las Casas, ahora con su nuevo pastor y obispo: monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, a quien damos la más cálida de las bienvenidas, bienvenido a casa a estas tierras chiapanecas y abrazamos en la comunión de la caridad pastoral uniendo esfuerzos para buscar el bien de nuestros hermanos los más pobres y desfavorecidos. Misión que también compartimos con el excelentísimo monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, a quien desde este lugar enviamos un profundo y sincero agradecimiento por su incansable desgaste pastoral de quien fuera su familia diocesana por más de 17 años en la diócesis de San Cristóbal. Que Dios te bendiga y la virgen te cuide, hermano Felipe Arizmendi.  

 

Como Iglesia sabemos que la paz solo se construye queriendo, es decir; con voluntad decidida, y la Iglesia Católica de Tuxtla quiere construir la paz; por eso nos unimos a la iniciativa del Papa en su cuádruple acción para fomentar la paz: acoger, proteger, promover e integrar.

 

«Acoger» recuerda la exigencia de no expulsar a los desplazados o inmigrantes a lugares donde les espera la persecución y la violencia, y equilibrar la preocupación por la seguridad nacional con la protección de los derechos humanos fundamentales.

 

«Proteger» nos recuerda el deber de reconocer y de garantizar la dignidad inviolable de los que huyen de un peligro real en busca de asilo y seguridad, evitando su explotación. En particular, de las mujeres y niños expuestos a mayores situaciones de riesgo y de abusos.

 

«Promover» tiene que ver con apoyar el desarrollo humano integral de las personas. Garantizar a los niños y a los jóvenes el acceso a todos los niveles de educación.

 

«Integrar» significa trabajar para que los desplazados y migrantes participen plenamente en la vida de la sociedad, en una dinámica de enriquecimiento mutuo y de colaboración fecunda, promoviendo el desarrollo humano integral de las comunidades locales.

 

Es así como este Año 2018 nos invita a ser promotores de paz en Aquél que para nosotros es el Príncipe de la Paz Jesús. Hoy domingo celebramos la Epifanía del Señor, es decir, la manifestación de Jesús a los magos de oriente, que representan la universalidad de la salvación traída por Cristo, Cristo como luz de todos los pueblos. Por eso mismo, al promover la paz, somos también epifanía del amor de Dios entre los hombres; desde hoy manifestemos al Dios del amor en nuestra familia, pero también con los necesitados, los migrantes, los refugiados y todo hermano que sufre.

 

Aprovecho para mandar un saludo a las enfermeras y enfermeros, que ayer 06 de enero día de reyes se les celebro su gran labor, gracias por todo el bien que hacen a nuestros hermanos enfermos, que Dios les bendiga y la virgen les proteja.

También un saludo para todos los niños en la fiesta de reyes, esta fecha nos recuerda que los niños son una bendición para todos nosotros y nadie debe te tomar actitudes de Herodes con ellos. Hagamos felices a los niños que son un regalo y una bendición de Dios.  

 

Por esto mis hermanos que juntos construyamos un Año Nuevo en paz. Podemos construirlo con nuestro querer decidido, con nuestro esfuerzo e invitando a Dios a formar parte de él. Si todos queremos podemos promover la paz, pero la paz se promueve desde el corazón, si todos nos esforzamos podemos construir un año en paz en el que Dios mismo sea la fuente de la paz en el corazón de los hombres, en las familias y en nuestra comunidad. Construyamos la paz desde la justicia, la reconciliación y la fraternidad.

 

Deseo un feliz año nuevo para todas las familias chiapanecas e imploro para todos la bendición del Señor y la protección de la virgen María.

 

+ Fabio Martínez Castilla

Arzobispo de Tuxtla